Sesiones del 24 y 31 de agosto de 2010




Protocolo por: Isabel Crison
En su libro Fausto-Sterling presenta una serie de hallazgos científicos que ilustran y desafían el concepto de sexo como algo estático e innato, y muestra cómo es posible hablar de la sexualidad como un continuo no sólo desde la cultura sino también desde lo orgánico.

Su reflexión se centra en la importancia y la necesidad de repensar los conceptos y las prácticas médicas que rigen la sexualidad, bajo la premisa de que la sexualidad es un continuo, y usa el ejemplo de los intersexuales o hermafroditas - cuyos cuerpos han estado sujetos a procesos de normalización sexual mediante intervenciones quirúrgicas y/o terapias hormonales- para ilustrar su tesis.

Para Fausto-Sterling lo problemático de estas prácticas médicas es que intervienen externamente el cuerpo con el fin de crear una identidad sexual única, con base en resultados obtenidos a partir de experimentos con animales de laboratorio, sin tomar en cuenta la historia individual y la interacción de estos individuos con un entorno social. Y aunque afirma que ciertamente la ciencia puede dar recomendaciones, concluye que únicamente la concepción individual de género puede definir nuestro sexo, dado ”que el género es una transformación psicológica del yo, es la convicción interna de que uno es hembra o macho” (Laserna, pg. 2) y es también el producto de las instituciones que gobiernan la identidad sexual. Concluye la autora que la cirugía o la terapia hormonal deben esperar hasta que el intersexual elija su orientación sexual.

Este tipo de investigaciones contribuyen a superar el discurso esencialista sobre el cuerpo haciendo énfasis en que es la cultura la que crea y moldea el cuerpo. Utilizando. En un recuento de los conceptos de sexo y cuerpo, la autora encuentra que en el siglo XVIII se divorciaron con la aparición de un tercer género, los sodomitas. Ya en el siglo XIX los géneros serán seis , ejemplos que ilustran la tesis de la necesidad de distinguir entre el cuerpo físico y el social, tesis sostenida por Harpey y Butler entro otras que afirman que el cuerpo no es un producto somático, sino un efecto cultural y o una superficie social como lo diría Grosz.

El ejemplo de los cuerpos extraordinarios de los hermafroditas pone en relieve la dificultad que tiene la sociedad, y en particular la familia, para abordar lo anómalo en cuestiones de sexo, poniendo en evidencia la creencia social sobre la binaridad absoluta de los sexos. Adicionalmente desde la ciencia misma aporta resultados que contradicen la idea de una clara demarcación orgánica entre lo masculino y lo femenino, como en el caso de los hermafros, que poseen gónadas que producen óvulos y esperma, los machermafros, que tienen testes y aspectos propios de genitales femeninos pero no ovarios, y los hembermafros, que tiene ovarios y aspectos genitales masculinos pero no tienen testículos.

La respuesta de José Ricardo Álvarez de Octubre de 1997 es similar a la de Fausto-Sterling y como psicólogo se concentra en ilustrar como la sociedad y la familia, frente al sexo de un humano, tiene preconcepciones y actitudes deterministas y recurren a la medicina para tomar una decisión sobre qué hacer en el caso de los intersexuales, en un proceso en el que se entrecruzan cuestiones como la relación de poder desigual entre los padres y médicos y alguien indefenso como lo es el menor hermafrodita y una concepción binaria de la sexualidad.

Superando este discurso dualista, hace énfasis en que la sexualidad es una variable compleja ya que involucra lo genético, lo morfológico, lo endocrino y lo psicológico entre otras variables y concluye que lo ideal es que el peso de la decisión recaiga sobre el individuo.

Desde un punto de vista psicológico la intervención quirúrgica para definir el sexo genera consecuencias psicológicas duraderas, en muchos casos traumáticas, y se sugiere el camino alternativo del acompañamiento psicoterapéutico multidisciplinario a las familias como lo hace el ISNA -Intersex Society of North America- en los Estados Unidos. Pero deja en claro que en el contexto colombiano sugerir un acompañamiento costoso en términos financieros y de tiempo puede ser irreal.

Interesantemente ante la pregunta de si existen evidencias científicas o empíricas que apoyen esta propuesta afirma que no dado la novedad del tema, cuando en la teoría feminista se ha hablado largamente del debate sexo-género, como lo hace Simone de Beauvoir.

Finalmente concluye que en aras de avanzar en la construcción de una sociedad tolerante y respetuosa de los derechos individuales, es imperativo repensar lo que se considera patológico a nivel sexual; esto implica, como también lo propone Fausto-Sterling, reemplazar la concepción dualista de la sexualidad, que ha victimizado a aquellos que no encajan en ella, por una idea de sexualidad como continuo.

Monica Gontovnik, Bogotá 28 de Julio de 2010


Mónica Gontovnik nació en Barranquilla en 1953. Ha publicado los libros: Ojos de Ternera, Ediciones Alcaraván, 1979; La Cicatriz en el Ojo, Ediciones Puesto de Combate, 1980; Y Tirada Temblando Miraré el Relámpago, Ediciones Puesto de Combate (1982); Objeto de Deseo, Ediciones Kore, 1992; Flor de Agua, Ediciones Kore, 1993; y Pandora Parrandera (2002). Obtuvo una Maestría en Estudios Interdisciplinarios en Arte y Psicología para la Sanación, de Naropa Institute en Boulder, Colorado, USA (2001); un grado universitario (B.S.) en Danza de Skidmore University Without Walls de Saratoga Springs, Nueva Cork, 1982, y es egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Metropolitana de Barranquilla (1979).



La visita de Monica Gontovnik a nuestro grupo de estudios de filosofía y feminismo, fue muy inspiradora para nosotras, pues apenas estamos consolidándonos como grupo y llenándonos de herramientas para investigar. Monica es más artista que académica, según ella misma se denomina, pero la influencia que ha tenido su intervención al “Manifiesto cyborg” de Donna Haraway, la ubica dentro de una de las pensadoras colombianas más originales de nuestro tiempo. Ella, en su conjunto, es inspiradora… habla desde sus experiencias como mujer, de sus experiencias como artista y poeta, de sus experiencias trabajando con la danza, con grupos de barrios pobres, entre otros. La teoría de la performatividad habita cada uno de sus actos creativos, interviniendo realidades, y lo más importante es que con su “manera de aparecer” ya, de por sí, genera una cantidad de movimientos en las personas que la escuchan. “Performatividad académica” podría ser el nombre de lo que hace dentro de la Filosofía… siempre transgrediendo y generando incomodidad. Entre sus consignas están: “El poder se ejerce, no se posee”, “El espacio está preñado” y “el placer femenino es subversivo, porque mueve el mundo”.



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Visita de Aislinn O'Donnell a Bogotá: martes 27 de Julio de 2010


Aislinn O'Donnell estudió Política y Sociología en el Trinity College de Dublin, y estuvo un año en el Institut des Sciences Politiques en Estrasburgo. Luego, pasó un año en el Departamento de Gobierno en la Universidad de Georgetown, donde se especializó en teoría política y filosofía. Posteriormente hizo su maestría en Filosofía en la University College de Dublin. Completó su PhD en la Universidad de Warwick en el 2001, el título de su maestría era Subjectivity before the Subject (La subjetividad antes del Sujeto).


Busca pensar las situaciones singulares y las experiencias más que prescribir una objetivación de lo vivido en aquellas situaciones. Esto implica un fuerte compromiso con el rigor teorético. Esta pensadora construye la filosofía como una práctica, tanto existencial como política. Ha trabajado con solicitantes de asilos y refugiados en Inglaterra. Estuvo seis meses en El Salvador, donde aprendió el español y donde trabajó con diversas organizaciones. Allí tuvo varias reflexiones acerca de la memoria colectiva, la violencia, la solidaridad y el trauma. En Dublin estuvo luego trabajando temas de Educación y Desarrollo Humano. Estuvo también como voluntaria trabajando en India con una organización encargada de los infectados de Sida y con drogadictos.


Sus investigaciones más recientes tienen que ver con estas últimas experiencias y con una sensación de que la Filosofía necesita desarrollar formas concretas y experienciales de compromiso con el “otro” del cual muy a menudo ésta habla. Trabaja con el concepto de una “pasividad activa” y una “actividad pasiva” para pensar y  revisar cómo entendemos la vulnerabilidad y analizar el mito de la “autonomía política”. Sus temas son “la beatitud”, “la atención”, “la vergüenza”, “la intuición”, “el amor”, “la dependencia”, “la compasión”, “el origen”, “la violencia”, “el desamparo”, “la entrega”, “el afecto”, “las relaciones”, “la atención” y “la memoria”, entre otros. Asimismo Aislinn está dedicada a buscar prácticas creativas de pedagogía crítica, es decir, busca tener acercamientos más innovadores frente a la pedagogía, a través del arte contemporáneo y la filosofía.

En su visita a nuestro espacio, Aislinn compartió sus reflexiones acerca de lo que es filosofar y cómo la filosofía (masculina) ha tratado de evadir la antropología latente que se encuentra en cada pensador considerado filósofo en la historia. Los problemas no caen del cielo, como bien lo dijo Nietzsche, hay preocupaciones empíricas en cada filósofo que ha expuesto sus ideas. Por ello, que a las feministas se les critique su interés por lo empírico es cuestionable. Y podemos más bien preguntarnos ¿qué es lo empírico? y, ¿quién dice qué es lo filosófico? La filosofía feminista puede ver los puntos ciegos de una tradición y puede purificar a la filosofía de los prejuicios culturales o generacionales. Muchos filósofos creen que estos trabajos de las feministas son muy inocentes, pero en realidad esto es desconocer que hay muchos estilos que se desconocen. Aislinn insiste en que la manera de leer de las filósofas es muy interesante porque abre la Filosofía.
 
“Las mujeres hemos vivido como en otro mundo, en una tradición de opresión. Esta no es una afirmación biologicista o esencialista, lo que quiero señalar es que hay ciertas potencialidades y es desde este material sensible desde donde hay que trabajar y trascender. Tenemos capacidades diferentes, afectividad diferente, sensibilidades distintas, erotismos distintos y a mí me interesa cómo se vive el cuerpo fenomenológicamente”. (O'Donnell )



La Atención como una protoética, que piensa la expresión de la vida desde la vulnerabilidad, el afecto y los sentimientos. (Breve resumen de la charla)

Qué es una relación y cómo se puede pensar una relación de al menos dos, como dice Irigaray, al preguntarse por el asunto de cómo comenzar a pensar una ontología de los dos y no de sólo UNO a nivel de unidad. ¿Cómo podemos cambiar las relaciones para poder pensar la diferencia? He ahí la sutileza de Irigaray al pensar en una ontología.

Hay puntos ciegos en la tradición del “hombre de razón” de la Filosofía y ahí es donde se meten las feministas para abrir caminos de pensamiento. Muchas veces no vemos lo que hay, por ejemplo que no hay mucha gente de color en Filosofía en Europa (que es el contexto de Aislinn), de manera que decir que el racismo ha terminado sería una gran mentira. Allí es donde pueden intervenir las feministas, desde una mirada sensible, pues la manera que tienen las filósofas de leer la realidad realmente es muy distinta a la manera que tienen los filósofos de leer.

¿Qué es el cuerpo normal? Es acaso el cuerpo que no puede dar nacimiento? ¿Cómo seriá nuestro entendimietno de la subjetividad si se hablara de ese otro cuerpo de mujer? La idea de que no se puede trascender el cuerpo ha permitido una liberación muy importante en los seres humanos porque hace que nos sintamos parte de la naturaleza.

¿Cómo podemos pensar el mito de la autonomía liberal? (Pregunta de Hanna Arendt). Ese mito busca la imparcialidad, lleva a pensar la ciudadanía como personas casi neutras. Esta idea hace pensar en quiénes son verdaderamente los que tienen la posibilidad de tener acceso a la esfera pública? ¿Qué pasa con los vulnerables y con las mujeres que normalmente son los que cuidan a los vulnerables? ¿Cómo olvidar que todos y todas tenemos obligaciones y responsabilidades? Olvidar las realidades objetivas de los individuos es ya de por sí problemático, pues es como si la autonomía liberal estuviera pensada para los hombres únicamente, y en especial, para los hombres que no están enfermos y están ya completos (adultos).

¿Cómo reaccionar cuando alguien nos ataca? Ésta es toda una pregunta para las feministas...

“Si siempre somos ligados a los demás, es terrible ver a alguien que no tiene amor. El amor nos liga a los demás y hace una vida con sentido. Muchas veces no reconocemos que estos lazos son los que mueven nuestra identidad. La falta de amor o alegría es muy fuerte y cuando se ha estado en falta de esto, se da uno cuenta de cómo eso forma la identidad”. (O'Donnell )