Sesiones sobre Butler, por Adriana Ramírez

Adriana Ramírez:
actualmente es estudiante de Pregrado
en Filosofía de la PUJ.




«La postura constructivista del género  tiene en Judith Butler una de las teóricas más relevantes. El género no muestra un rasgo interno, es un producto performativo, de toda una serie de repeticiones y rituales que pretenden naturalizarse, anticipando la esencia que se suponen desvelan. Esta performatividad debe entenderse en un sentido lingüístico (el compromiso ontológico (Quine) de los actos de habla (Ryle)), pero también teatral. “En la medida en que las normas de género (dimorfismo ideal, complementariedad heterosexual de los cuerpos, ideales y dominio de la masculinidad y la feminidad apropiadas e inapropiadas, muchos de los cuales están avalados por códigos raciales de pureza y tabúes contra el mestizaje) establecen lo que será inteligiblemente humano y lo que no, lo que se considerará “real” y lo que no, establecen el campo ontológico en el que se puede conferir a los cuerpos expresión legítima”.

El género se anticipa como ideal al que debemos ajustarnos, aplicadamente, le conferimos densidad ontológica en nuestro interior y coherencia en la percepción exterior que los otros realizan de nosotros, a través de todas las actuaciones, psicológicas, comportamentales, gestuales, estéticas. El resultado es celebrado socialmente con nuestra adaptación normativa, somos lo que debemos ser y deseamos lo que debemos desear. El ejemplo de la drag queen le sirve a Butler en Bodies that matter  para analizar la teatralización de los gestos que intentan ficcionar una identidad buscada. Es la drag performance la que nos muestra la parodia del género, que de forma subrepticia actúa en la configuración de los géneros pretendidamente naturales ( el masculino y el femenino). Esa actualización reiterada y normativa, que pretende ser la manifestación de una esencia, cuando en realidad es una copia carente de original». 
De: Rosa María Rodríguez Magda
 




no debe concebirse el género como la mera inscripción cultural de significado sobre un sexo pre-establecido (un concepto jurídico); el género debe también designar el mismo aparato de producción por medio del cual se establecen los sexos. Como resultado, el género no es a la cultura como el sexo es a la naturaleza; el género es también el medio discursivo/cultural por medio del cual se produce una 'naturaleza sexuada' o un 'sexo natural' y se establece el uno o el otro como prediscursivo, o previo a la cultura, como una superficie políticamente neutra sobre la cual actúa la cultura.
 (Judith Butler, El género en disputa. El feminismo y la subdivisión de la identidad. (México, Paidós, 2001), p. 40.



Biografía de Judith Butler:
Judith Butler fue profesora asociada de Humanidades en la Johns Hopkins University. Actualmente se desempeña como profesora de Retórica y Literaturas Comparadas en la Universidad de California, Berkeley. De tradición originariamente hegeliana, amplió sus investigaciones adoptando posiciones críticas respecto de Heidegger, el existencialismo (Sartre, de Beauvoir) y la Escuela Psicoanalítica francesa (Lacan). Reconoce en su obra la influencia positiva de Irigaray, Foucault y los postestructuralistas en general, siempre en el marco de su compromiso feminista. Deudores de esta singular convergencia, sus trabajos sobre el cuerpo revelan tanto la influencia de Foucault como –más encubiertamente- la de Merlau-Ponty. Algunos de sus trabajos son: “Sex & Gender in Beauvoir’s Second Sex” YALE FRENCH STUDIES, 72, Winter, 1986; Subjects of desire: Hegelian & Post-hegelian reflections in 20th. Century France, 1987; “Variations on sex and gender: Beauvoir, Wittig, Foucault” (1987) traducido al castellano como  “Variaciones sobre sexo y género: Beauvoir, Wittig, Foucault” En: Benhabib. S. & Cornell, D. Teoría feminista / Teoría crítica, Valencia, Alfons el Magnànim, 1990; “Gender Trouble: feminist theory and psychoanalytic discourse”, en Nicholson, L. (ed), Feminism / Postmodernism, New York, Routledge, 1990, artículo incluido en la traducción parcial al castellano de Feminismo / posmodernismo, Buenos aires, Feminaria Editora, 1992. cuyo primer capítulo ha sido traducido en FEMINARIA, 19, 1997: “Contingent Foundations: Feminism & the question of Postmodernism” PRAXIS INTERNATIONAL 11.2, 1991, reeditado en: Butler, J. & Scott, J. (eds) Feminist Theorize the Political, New York, Routledge, 1992; “Secual Inversions” En: Stanton, D. (ed). Discourses of Sexuality, Ann Arbor, University of Michigan Press, 1992; “Phantasmatic identification and the assumption of sex” En: Wright, E. (ed.) Feminism & Psychoanalysis: A Critical Dictionary, London,. Brasil Blackwell, 1992; “Critically Queer” GLQ, l,1, 1993; Bodies that Matter, New York, Routledge, 1993. Excitable Speech: a Politics of the Performative, New York, Routledge, 1997 y, The Psychic life of Power: Theories of Subjection, Stanford University Press, 1997.


Sesión del 12 de Abril de 2010
 

Butler dice que a partir de las convenciones de uso del lenguaje es que podemos entendernos y que el habla está supeditada a la convención. Con esto señalaría que la convención condiciona de modo parcial el uso del habla. Cada cita que se usa es una repetición de términos particulares; una reiteración forzada de normas, de signos lingüísticos específicos que producen un efecto. Y, si consideramos que los discursos son históricos, que se han consolidado con el tiempo, entonces podremos ver que lo efectivo de éstos es que se han recitado una y otra vez.
Partiendo de esta base, Butler pasaría a estudiar la performatividad de la feminidad; del sujeto femenino, a partir de una repetición, y se cuestionaría en qué consiste “realizar el género de manera incorrecta”. Para ello, utilizaría la expresión “repeticiones generizantes”, las cuales consistirían en una repetición de las normas de género, afirmando así que “el género es performativo”. Butler buscaría entonces desestabilizar la heteronormatividad, pues, para ella, el género es inestable y tendría la posibilidad de ser deconstituyente.
Con la pregunta ¿qué es ser un sujeto generizado?, esta filósofa nos conduciría a pensar en la “acción”. Con lo cual afirmaría que la acción existe en su suceder y ésta es inherente a la realización. Para ella el sujeto producido en la sumisión no es que no tenga acción, pues aunque las normas restrinjan, también permiten la acción. Todas las normas pueden ser explotadas y aprovechadas bajo esta perspectiva. La subversión estaría en  la reinscripción, la recontextualización y en alterar su sentido y significado. Con esto, Butler afirmaría que el género es un lugar de acción.

RECORDERIS DE FOUCAULT
-Assujetisement: traducido por «sujeción»: llegar a ser un sujeto capaz de actuar a través de prácticas de subjetivación.
Relación entre saber y poder/ver en Arqueología, Genealogía, Historia de la sexualidad.
 Resumen: El Sujeto determinista es producido por unas relaciones de poder. Hay una técnica de sujeción del individuo.
-Subjectivation: Traducido por «subjetivación»/ver en Gubernamentalidad, tecnologías del yo, Grecia Antigua, Roma.  
 Resumen: El tema de la resistencia reaccionaria se piensa desde el problema del gobierno de sí mismo, ser una obra para sí mismo. El cuidado de sí, gobierno y control de sí mismo.
En la modernidad el saber depende de la institución, no pasa el saber por una transformación espiritual. En la Antigüedad se era sujeto de sí mismo. Las tecnologías hay que irlas creando. La profusión de técnicas morales eran tantas como individuos. No se trata de seguir un código sino de qué tan creativo/a se pueda ser para crear un propio sistema.
En la transformación de sí mismo entran dietas, horarios, regímenes, prácticas del sexo, regulación de lo corporal, meditación para adquirir saber. Uno puede conocer los límites de su acción a través de la experimentación. El sexo es un lugar privilegiado para saber cuáles son los propios límites. De la indagación por los propios límites, cada quién pasa a preguntarse el por qué de su existencia y si se atrevería a franquearlos. Posterior a eso se harían los franqueamientos posibles de la acción. 
Sesión del martes 15 de Junio de 2010
La diferencia sexual no es algo dado, ni causa de nada, sino que es un efecto del poder/discurso, o del poder/saber. La mujer no tiene ese estatuto ontológico de ser y entonces queda en el parecer.
Si se afirma que todas las feministas son materialistas, ¿dónde están las diferencias entre éstas? La diferencia estaría en que Butler nos plantea el problema de: Cómo se pasa de la materialización de los cuerpos a la abyección. Ella misma se consideraría una deconstruccionista.
Butler se basa en una lectura del Timeo, realizada por Irigaray, para hablar de la materia. Es así como la materia es el primer elemento de lo que va a constituir el resto de elementos. La materia sería la base, la potencia. No sería algo fijo ni estático. No sería “sitio” ni “superficie”, sería un efecto de un proceso. No sería una mezcla de algo incorpóreo frente a lo incorpóreo tampoco. Butler desestabilizaría así la gran diferencia que podría haber entre lo corpóreo y lo incorpóreo.
Es importante señalar que, para esta norteamericana, cada vez que hablamos de la materialidad, hablamos del lenguaje y de la significancia. Como lo mostró de Beauvoir “el cuerpo es una construcción”, pero entonces para Butler sería fundamental desestabilizar el orden hegemónico.  
A partir del método genealógico, en el cual el cuerpo no es una causa sino un efecto, Butler estaría muy cerca de Foucault. Nos mostraría que lo que creemos que son causas, en realidad son efectos. De manera que cuando nos posicionamos en este lugar, la pregunta por lo normal o lo anormal se diluiría.
Para Martha Nussbaum, si se afirma que el género es performativo, como lo plantearía Butler, el cuerpo quedaría volando. Nussbaum diría que Butler desdeña de la realidad de las mujeres. Butler buscaría pensar la heteronormatividad, la cual impediría estudiar la categoría de mujer y hombre. Su defensa estaría en que el orden heteronormativo se ha pensado neutral, y en realidad es masculino. Para ella la ontología y la metafísica han construido términos generizados y a su vez la razón se ha asociado siempre con los hombres.
Butler se salvaría de esta crítica de Nussbaum diciendo que ella es deconstructiva y preferiría afirmar que no puede quedar nada irreductible. Su estrategia iría más por el lugar de dar cuenta de cómo se produce la diferencia sexual, en lugar de afirmar que hay algo que da sustento para la diferencia sexual.
En cuanto a lo normal y lo anormal, Judith Butler buscaría ampliar el campo de posibilidades y en esto emprendería una argumentación muy distinta a la de Luce Irigaray, la cual estudió la ontología sexual. Para esta francesa, la  ontología es la diferencia sexual y de ahí es posible pensar todas las diferencias. La ontología debería partir, para Irigaray, de la diferencia sexual. En el Feminismo de la Diferencia, Irigaray estaría suponiendo una ontología para hacer peticiones políticas. Butler, por su parte, no apelaría a la diferencia sexual, sino que abriría el campo para dar cuenta de muchas otras diferencias políticas.
Al mirar los conceptos de “normal” y “anormal” sería preciso recordar que Cangillhem fue el primero en mencionarlos. Para este autor, la perversión consistiría en tener otra orientación sexual que estuviera fuera del acto de la reproducción. Así, lo normal sería la reproducción. Butler afirmaría que lo normal y lo anormal ha servido siempre para organizar una sociedad. Y, si miramos que Freud anunció que lo normal sería que todos los niños fueran perversos (esto es que tuvieran una libido sin penetración) y lo anormal sería que los adultos permanecieran perversos, podríamos entrever que hay un momento en que la biología y la psicología deciden lo que es normal y anormal. Las ciencias que nacen en el S. XIX, como la  psicología, la psiquiatría, la biología (reorganizada a partir de estas dos anteriores) ocuparían un lugar muy importante para el gobierno. Con Foucault, Butler aseveraría que estamos en continuidad con el nazismo cuando buscamos cosas como el gen de la homosexualidad.
Es así como Butler, buscaría más bien dilucidar que las ontologías lejos de ser neutras son políticas. Diría pues que el terreno ontológico-político es el lugar donde uno hace una inversión. Al desbaratar hasta lo más mínimo o conservar, se puede entender por qué se rechaza una diferencia o se mantiene.  Si se separan las esferas de la ontología y la política no se puede comprender este debate. Teniendo en cuenta cómo se estabilizan las categorías es que se dice cuáles son los cuerpos que importan y cuáles no. Para Butler sería muy pertinente preguntarse cuál es la justificación para decir que hay una diferencia sexual.
Si para cada cuerpo hay una ontología, la política sería una cuestión de ontología, lo que permitiría nombrar lo real. La pregunta por ¿qué es lo real?, es la pregunta de la ontología. Algunos cuerpos no son reales, son inteligibles y no importan. Los excluidos están excluidos desde la propia ontología de su ser. Hay que cambiar la ontología para cambiar la política. Al abrir estas posibilidades se expandiría la política. Hacer peticiones ontológicas, para Butler, es hacer política. Así pues, es preciso señalar que:
1. La abyección es una cuestión de ontología.
2. Es preciso politizar la abyección
3. Hacer peticiones ontológicas en favor de aquellos que carecen de importancia política y cuyos cuerpos son irreales, es una forma de impugnar y de reformular los términos de la inteligibilidad cultural. Una petición de este tipo no supone una ontología particular, sino que funda una.

Notas extra:
-La homosexualidad es peor vista que el lesbianismo porque hay penetración anal; se mezclan eses. De la perversión de mezclar la sexualidad con la escatología, los homosexuales derivan un gran placer sexual. Hay allí todo un franqueamiento de límites impuestos. ¿Por qué en diferentes culturas se tiene preocupación por la escatología?
-El sistema sexo-género disciplina los cuerpos y el deseo a través de la heteronorma.
-Controlar las funciones vitales para construir subjetividad hace parte de volverse sujeto. En casi todas las sociedades las eses se hacen aparte; con pudor, y hay que esconderse para ir al baño.
-La infancia y la vejez revelan la falta de organización en estas cosas “abyectas”. Es psicológicamente duro. Abyecto es lo negado, excluido, con el fin de que el sujeto exista. Lo abyecto está ligado a lo que el cuerpo elimina. Va desde la organización material del cuerpo y la palabra “abyecto” le da más fuerza al hecho. Toda persona tiene un cuerpo y todo cuerpo está pasando por lo que hay que desechar y es fundamental para la construcción de la subjetividad.
-¿Qué sucede cuando ya no importa estar orinado?
-¿Qué vidas merecen que se llore la pérdida?
-Los cuerpos abyectos no cuentan como cuerpos reales.
-¿Cuál es el potencial radical de la abyección?
-¿Cuáles son los mecanismos de denigración que conducen a ciertos cuerpos a ser devaluados?
Lo abyecto Vs El suplemento ¿Qué pasa si vemos el hecho de hacer pipi o caca como un regalo?

Algunos textos extra

Anne Fausto-Sterling sobre Butler

María Luisa Femenías sobre Butler


Ver el siguiente link del Clarin, sugerido por Liceth Rochels.

Las vidas que merecen ser lloradas





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